domingo, 19 de julio de 2009

Capítulo #27: Are you with me o not at all?

- Bueno chicos, tengo que ir a hacer unos trámites. Vuelvo después – dijo Mike que guardaba su guitarra apurado.

- A la noche nos vamos a juntar – William habló desde el baño del estudio.

- Ahá.

La agencia de viajes cerraba a las 6 y eran exactamente las 5.30. Por suerte no había tráfico y pudo llegar a tiempo.

- Acá está – le pasó su tarjeta de identidad una secretaria.

- Muchas gracias – contestó Carden.

Después de pasar a buscar un abrigo a la tintorería y de comprar algunas cervezas se dirigió a la casa de Beckett. Acordaron seguir el proyecto del nuevo disco unos meses después para poder concentrarse plenamente en las vacaciones. Cercano a la 1 de la mañana todos partieron a sus casas, menos Mike.

- ¿Me acompañarás mañana?

- Ahá… – suspiró William – llámame cuando estés listo y te paso a buscar ¿dale?

- Bueno… ahora me largo a dormir – suspiró – mañana a las 6 tengo que estar en pie.

Apenas llegó a su departamento colocó la alarma de su celular; luego le dio algo de comer a Romeo y se largó a dormir. Las horas pasaron rápidamente, dejándolo con gusto a poco. Apenas despierto entró a la ducha; después de tomar algo de desayuno, llamó a William que en pocos minutos estaba en su depa.

- ¿No te falta nada?

- No – contestó Mike.

- ¿Pasaporte? – preguntó de nuevo William.

- En el bolsillo.

- Vamos entonces – inquirió.

- Vamos – le siguió Carden.

Partieron temprano pues el aeropuerto quedaba bastante lejos del depa de Mike y tenían que presentarse una hora antes para el asunto de las maletas. Justo antes de entrar a la autopista, William se armó de valor y dobló hacia otra calle estacionando el auto cercano a una bencinera e ignorando la cara de confusión de su amigo.

- ¿Qué haces, ah? – Carden frunció el ceño.

William suspiró y comenzó a explicar.

- Yo no soy nadie a lo mejor para decirte lo que te voy a decir, pero estamos de vacaciones Carden, y todos quedamos de venir a Chicago a ver a nuestros amigos – Mike ya comenzaba a incomodarse –… la cosa es que, generalmente eres tú quien me aterriza, eres como mi cable a tierra, pero me parece que esta vez me toca a mí.

- … Ammm – intentó hablar Mike, pero Beckett no le dejó.

- Algo me dice que estás arrancando de lo que sucede con Antonia. No he querido entrometerme pues sé que eres una persona muy metódica. Pero este viaje sinceramente bro – suspiró de nuevo –…no sé si es lo que corresponde. Digo aparte de que no quiero que te vayas, considero que podrías hacer las cosas mucho mejor. Te lo digo por que te conozco, conozco tu forma de pensar y por lo mismo me extraña mucho todo esto.

Mike le miraba a los ojos. Se contuvo cada vez que le nacían las ganas de negar todo lo que Beckett decía. Muy dentro de sí, sabía que era todo verdad.

- No quiero que pienses que soy un cobarde – aclaró la garganta – pero Antonia me supera. Entonces estar en Chicago se me hace bastante… difícil.

- Carden, has estado gran parte del último tiempo fuera de aquí y sigues embobado por ella; o sea es suficiente para darte cuenta de que estando lejos no es la solución.

Mike mordía sus labios, nervioso.

- Bien… tienes razón – dijo finalmente – pero ya pagué todo.

- Te acojo en mi casa toda la semana y no pagas ni luz, ni agua, ni cable ni…

- Hecho – le extendió el brazo.

- Hecho – Bill le dio la mano.

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