domingo, 19 de julio de 2009

Capítulo #26: ike a cold day in august.


- Bien, Will. No es nada grave – comenzó a decir el señor Claude – son sólo crisis de pánico. Debes asistir al siquiatra para que te de algunos calmantes, pues yo no estoy autorizado.

- Ahá…– asintió Bill.

- Así que te has sentido mejor esta semana… me alegra, chico.

- Sí, es que creo que igual me estoy distrayendo un poco, con todo esto de estar en el estudio.

- Entre más disfrutes, mejor. Así tu mentalidad toma un vuelco y puedes desenvolverte mejor.

- Gracias, doc. Ahora debo marcharme.

Cuando llegó a casa, como de costumbre, prendió su computadora buscando refugio en las letras.

“Mis tardes en el sicólogo me ayudan, pero no con la velocidad que deseo. Aún sigues aquí ¿Sabes? Aun me encuentro a mí mismo soñando despierto con todo lo que vivimos, es como desenterrar todas las memorias que están bajo mi pecho. Encontré tus dibujos, los diseños para mi ropa… siempre solías hacerlos en mi pieza en el rincón derecho al lado de la ventana. Tú y tus locas manías. Si supieras que sentarme en ese rincón es lo mismo que sentarme a tu lado, es lo único que tengo de consuelo. Tus detalles, nuestros detalles, se escapan de mi cabeza. Los olvido… pues ha pasado el tiempo. Tengo tanto miedo de perderte… no físicamente (porque físicamente ya te perdí), sino de perder lo poco de ti que tengo dentro de mi cabeza. He estado buscando como loco, escarbando para encontrar todo lo que tenga que ver contigo y con nosotros y cada día me sorprendo más de la mala memoria que tengo. Definitivamente tengo que dejar de pensarte, Natalia. Tengo que dejarte ir… o tengo que encontrarte.”

- ¿Chizzy?

- Will – se escuchó la voz de Chizz al otro lado del auricular – a la noche con Naomi prepararemos una cena y estas cordialmente invitado.

- ¡Wow! ¿Qué estás celebrando, Austria?preguntó entusiasmado.

- Ahí verás – sonrío para sí Chizzy ¿Te espero entonces?

- Claro que sí – repuso.

- A las 8.00

- Muy bien, Chiz. A las 8.

Una ducha rápida y algo de buena ropa le tomaron una media hora. Pasó a buscar a Butcher y partieron a la casa de Chizz al otro lado de la ciudad. Habían unos cuantos autos afuera, reconoció el de Carden y el de Siska y otro más de una amiga de Naomi, Tina.

- Permiso – dijeron ambos amigos al ver el rostro de una muy feliz Naomi cuando abrió la puerta.

- Como no.

- ¿Cómo estás? – preguntó Butcher.

- Muy bien, muy contenta. Pasen al comedor, adelante – les indicó con la mano.

Adentro ya estaban sus otros compañeros de banda como se habían dado cuenta, más algunos amigos de la pareja además de la madre de Naomi y los papás de Chizzy. Sirvieron la cena y compartieron cercano a una hora con los invitados. A eso de las 9.30 Naomi se levantó de la mesa y aclaró la garganta en señal de silencio.

- Muy bien, emm… - comenzó nerviosa – esta cena, a diferencia de las demás, no es sólo porque mi talento culinario quería salir a flote – miró a Chizz que se incorporó de su silla y la acompañó en el discurso.

- Nao y yo tenemos que darles una noticia – repuso ansioso – ¿Nao? ¿Les dices tú?

- Ahá – efectuó una pausa – Mamá, papá, amigos… La cosa es que Chiz y yo vamos a ser padres.

Las miradas de asombro y los rostros atónitos (mayormente por parte de sus padres) acompañaron al estrepitoso silencio que inundaba el comedor.

La primera en pararse fue la señora Jones, mamá de Naomi que no pudo evitar derramar un par de lágrimas por la noticia. Los padres de Chizz estaban en shock, pero felices a más no poder. Luego los amigos se acercaron a felicitar a los chicos y posteriormente la pareja le ofreció a William el puesto de padrino, quien lo aceptó sin dudas. La noche se hizo larga y todo acabó cercano a las 4.30 de la mañana. Naomi ya estaba cansada y Chizz no quería que en su estado se descuidara.

Una vez acostados, la abrazó por detrás y acomodó su cuello sobre el de ella.

- Te amo más que a todo, Nao.

- Yo también, amor – le tomó la mano – más a que todo junto con este retoño – observo su vientre.

Un par de minutos después, los tres dormían.

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