domingo, 24 de mayo de 2009

Capítulo #4


- Vamos a McDonald’s

- No Chiiiiizzy, yo quiero pizzaaaaa – alegó Sisky.

- ¡Sushi! – gimió Santi.

- Para que Becke de nuevo te lo arroje en la cara – Rió Butcher.

- ¬¬ -- Lo golpeó Mike en las costillas.

Will meditaba profundamente… que quería comer.

- YO PUEDO COCINAAAR! *-* – Exclamó Beckett entusiasmado – Vamos a mi casa.

- Este nos quiere matar – le susurró Mike a Chizz.

- Pero vamos al Supermercado por cervezas y chatarra – agregó Butcher.

- Bien, creo que sería bastante bueno.

Y partieron en el auto de William al super.

- ¡Carritos! – gritaba Butcher mientras corría a buscar uno para montarse en él. Siska lo llevaba a toda velocidad por los pasillos, botando algunas cajas de leche y otras latas de arveja. Los otros tres iban atrás bailando no sé qué cosa.

- Disculpen chicos – dijo una voz ronca – ¿Podrían abandonar el establecimiento si no van a hacer compras, por favor?

El guardia de dos metros de estatura, piel morena y grandes dientes, tenía cara de pocos amigos y las manos apretadas. Los chicos se voltearon a mirarlo.

- Por supuesto – respondió audaz Becke, mostrando una increíble sonrisa de oreja a oreja.

Butcher se bajó del carrito y Chiz aguantaba la risa con todas sus fuerzas.

- Bien, chicos. ¿Qué vamos a comer?

- Tacos – respondió Will terminando con la eterna pelea de la comida.

Compraron tantas cosas que hasta la cajera los miró extrañada por la cantidad de productos – y de cerveza – que llevaban en el carro.

Un disco de Led Zeppellin y muchas latas de Heiniken convirtieron el departamento de Will en un antro de mala, malísima muerte.

Becke y Mike cocinaban mientras los otros desordenaban la cama saltando sobre ella.

- ¡Está listo, bastardos! – gritó Will – y dejen de jugar con mi ropa interior ¬¬.

- ¡Sisky dice que te prestará la suya después! – respondió una voz que no se alcanzaba a identificar.

Chiz, Sisky y Andy llegaron de la pieza vestidos – o semi vestidos – con la ropa de Becke y con sus calzones en la cabeza.

- Humm, huele excelente – dijo Chiz.

- ¿Pasemos a comer, por favor? –dijo Beckett entre risas al ver vestidos así a sus compañeros que devoraron en 30 segundos lo que prepararon Mike y Will en 1 hora. Luego de comer pasaron todos al Living a beber… a beber hasta que salga de nuevo el sol.

- JAUA WISH, JAGUAI WISHUWER HERE… - Cantaba Beckett después de una cantidad indefinida de cervezas mientras Mike tocaba guitarra con un Malboro en la boca.

Chiz y Butcher estaban bailando abrazados al medio de la sala y Siska tocaba una guitarra como bajo tirado en uno de los sillones rojos.

En pleno acto de decadencia sonó el teléfono de Will.

- BOB? Ven a mi casa y trae mucha gente y chicas y cervezas y comida – contestó Becke.

- …O… Ok – respondió algo aturdido Bob – Voy para allá.

Will, después de que logró pararse ante 3 intentos corrió algunos sillones y cerró la puerta de su habitación; abrió la que daba al Jacuzzi y botó las latas de cerveza que ya estaban vacías.

- ALLRIGHT – dijo con un tono sensual bailando alguna canción imaginaria.

Se escuchó el timbre y el departamento se llenó.

- ¡Bienvenidos a la muy elegante fiesta de la Academia! Pasen, pasen…– exclamaba Butcher mientras abría la puerta a los “invitados”.

El departamento se había llenado en menos de una hora y sólo eran las 8 de la noche. Estaban todos los amigos de la banda, muchas chicas que los acompañaban y un perro que nadie sabía quien era su dueño, pero Will le ladraba.

Era un completo desastre. Will era un desastre y no dejaba de beber.

Entre bailes, caídas, música y cervezas una nube de angustia se apodero de él. Convirtiendo sus sonrisas en pánico, que lo obligó a tomar su chaqueta y las llaves del auto e intentar escapar.

- Will ¿Dónde vas?

- Sisky, déjame.

- Will, mira como caminas. Pásame las llaves del auto, en serio.

- Sisky, déjame. Quiero ir a otro lugar.

- Estás enfermo, ven para acá, imbécil.

Will intentaba safarse del brazo de su compañero, pero cualquier esfuerzo era inútil en ese estado, cuando las lágrimas empezaron a caer por sus mejillas blancas.

- Ven – le tomó Sisky-

Dejaron el living atrás y entraron a la habitación de William, que cayó sobre su cama desarmado.

- Escucha Will, sé que… – tomó una bocanada de aire – que no es tu mejor momento. Y estoy completamente dispuesto a estar contigo si quieres, si necesitas hablar o cualquier webada.

Hubo una pausa. Los labios de Beckett por fin se despegaron.

- …Me duele – dijo William con un hilo de voz – todo lo que hace y lo que no hace también. Y toda esta mierda me hace sentir que yo fui el culpable por nunca haber estado ahí con ella… no la mayor parte del… – pero Sisky lo interrumpió.

- Will, para. Deberías saber que no es tu culpa solamente, estas cosas se hacen de a dos. Ambos cometieron muchos errores… sé que te estoy dando el típico discurso pero ¿Sabes? La gente suele escuchar las cosas y jamás ponerles la suficiente atención – suspiró – lo que trato de decirte es que tienes que pasar por esto para comenzar otra cosa tratando de no reprocharte todo el tiempo lo malo que pudiste haber hecho. Imagínate como sería esta webada si siempre pensáramos en las cagadas que nos mandamos.

Hizo una pausa y le tomó la cara a su compañero, obligándole a levantar la vista.

- Alex terminó conmigo porque según ella la engañé. Yo sé que jamás fue así. Y… estuve horrible, bebí como nunca lo había hecho y lloré más que nunca, lo juro. Pero tenía clarísimas las cosas: Yo cometí tantos errores como ella, pero jamás la traté mal y nunca me metí con otra. Yo sabía que clase de estúpido era.

William lo escuchaba atento, aunque sus expresiones dijeran lo contrario: unas grandes ojeras, el rostro mojado, y la mirada perdida.

- Lo sé. Lo entiendo – dijo Will al mismo tiempo que apoyaba su cabeza en el hombro de Adam.

Su compañero lo abrazó tratando de consolarlo. Los sollozos de William eran ensordecedores. Arrastraban un dolor desgarrador.

Pasada media hora se durmió. Sisky lo dejó en la cama y salió de la habitación para ver que pasaba en el living.

Estaban todos sentados cantando y bebiendo aun, pero no había daños físicos.

Salió al balcón: todo bien. Y en el jacuzzi descansaba Butcher dormido con una cerveza en la mano.

- Oh, Dios Santo. Susurró para sí Sisky.

Entró de nuevo al living buscando a Chizzy en un intento desesperado de ordenar un poco el departamento de su amigo.

- Hey, Chiz.

- What’s up, Bro.

- ¿Dónde está Mike?

- Creo que en el baño. No estoy muy seguro – los pies le tambaleaban – ¿Dónde está Becketeque?

- …En su habitación.

- Uf… Murió.

- Haha, algo así.

De a poco la casa se fue vaciando. Bob se fue con la mitad de la gente y los otros después de ayudar un poco a limpiar también se fueron. Mike efectivamente estaba en el baño.

- Wow, que mierda – dijo Mike cuando salió del baño restregándose los ojos.

- Estuviste una hora metido allí, ratero – dijo Chizzy.

- Me quería duchar… pero se me pasó la hora – se reía Mike.

- Vamos chicos – dijo Sisky.

- Dale, vamos.

Y salieron del departamento cercano a las 4 de la madrugada del otro día.

Pero faltaba alguien.

- ¿WTF? – dijo para sí Butcher que aun descansaba en el Jacuzzi.

Se incorporó rápidamente y entro al cuarto de invitados para vestirse. Pasó a ver a Beckett que estaba dormido sobre las tapas con la misma ropa del día anterior. Así que Butch le arropó un poco, apagó las luces y luego se marchó.

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