
Suavemente introdujo la llave del departamento y prendió la luz. Ahí estaba Nat.
- Will?
- Ahá.
- Bah, no pensé que llegarías ahora ¿Cómo estás?
- Excelente – respondió Beckett con tono sarcástico.
- Lo supuse.
- Aquí vamos…
- ¿Me puedes explicar que nos está sucediendo, o qué te está sucediendo?
William dejó el bolso en el piso y se incorporó, parándose al frente de Nat con expresión confusa.
- ¿Ahora me sucede algo a mí? Basta Nat, por favor, si lo que quieres es saber si me metí con alguien en tu ausencia, la respuesta es NO.
- Ya no me importa, Will. ¿Sabes? No entiendo porqué estás así, tan… tan asustado e irritado si no ha pasado nada. No agrandes las cosas, la llamada de ayer no significó nada…
- ¿Lo de ayer? ¿LO DE AYER? Claro, no significó nada en comparación con toda la mierda que ha pasado entre los dos, pero con esa llamada me bastó. No quiero seguir llegando a casa y ver el mismo rostro esperando…
- Eres tú Will, eres tú quien pelea – le interrumpió Nat.
- Ya, ya lo sé, siempre soy yo el despreocupado, sin embargo, eres tú quien me pregunta cómo me fue y que he hecho sólo para saber si me acosté con otra, Nat. Crees que no lo noto, pero me sé de memoria tu discurso pobre sobre lo malo que he sido contigo, y tú sabes que jamás ha sido así.
Nat se enfureció, las lágrimas comenzaron a brotar.
- Vete al diablo, Becke. No te arrepientas, después yo no…
- No vas a estar, lo sé.
Nat se desplomó, la rabia había desaparecido de sus ojos. Ahora solo lloraba a mares sentada en un sillón de cuero rojo, de frente a William.
- No te quiero lejos, Will. Me aterra pensar que… – su voz se quebró en mil pedazos, sollozando – que podría perderte porque no estoy a tu lado, o porque otra tomó mi lugar…
- Basta, Nat. Tú no acabaste con esto por estar lejos de mí, nunca me importó lo de la distancia, nunca te lo hice ver como un obstáculo y jamás nos rendimos ante eso. Esto acabó por ti, por todo lo que eres; porque no te aguanto… y definitivamente, porque ya no te amo.
Después de pronunciar esas palabras; Nat, pérdida en un laberinto de ira, mientras se secaba los ojos, le dirigió a Will una mirada llena de odio. De un odio tan profundo mezclado con el peso de no saber que hacer para poder recuperar a quién siempre amo.
- … Te vas a pudrir, Beckett.
- Voy a dormir.
Sí, William lloraba pero aun así sólo se limitó a dormir; el día había sido muy difícil para seguir llenándose la mente de cosas.
Al otro día las cosas de Nat no estaban en casa: había empacado todo y se había ido. Era lo normal, pues habían terminado con todo recuerdo que tenían.
- Perfecto – susurró Will al percatarse de que toda la ropa de su ex ya no estaba en el closet.
El día estaba frío, hasta lluvia caía del cielo: una perfecta atmósfera para aquél momento.
- Aló, Sisky.
- Will!
- Hahá, como va todo?
- Perfecto, pero me estoy re cagando de frío. Al final llegamos todos a Inglaterra – reclamó Sisk.
- Sí, eh, el día está re nublado, copiones. Hey la sesión de fotos a qué hora es?
- A las 12, vamos donde Mike.
- Ok.
- …Hey, no te hagas el bobo ¿Qué sucedió con Nat?
- Terminamos – susurró William al teléfono.
- No estoy feliz, pero en cierto modo creo que es mejor para ti, Will.
- Algo así… espero, pero no hablemos de eso. Te paso a buscar a las 11.30, dale?
- Perfect. Voy a la ducha, adiós.
- Bien, bye!
Mientras trascurría la mañana Will seguía pensando en cuanto tiempo duraría ese dolor dentro de él.
- Ok, basta, Will – se decía a sí mismo – que su cepillo de dientes aun esté aquí no significa nada.
Fue a desayunar y el teléfono sonó. Era Nat, pero Will no contestó.
Llegando al departamento de Sisky, se encontró con Chiz.
- Hey, estúpido! – gritó Becke.
- Maldito bastardo, cómo estás?
- Aquí, al frente tuyo, llama a Sisky y vamos donde Mike, quedan 10 minutos para las 12.
- Ahá.
3 minutos después bajó Sisky con el peor rostro del mundo.
- Hi, guys.
- Buenos días! – exclamaron los otros dos.
Y partieron a la sesión de fotos. Will parecía más distraído.
Cuando llegaron a la sesión, encontraron a Bob esperándolos en la sala de estar: un pequeño cuarto con paredes blancas y sillones azules de cuero enormes por todos lados, una mesilla en el centro con una taza de café. Al parecer era de su amigo.
- Bob, cómo estás? – dijo Sisky
- Acá, tratando de espantar la noche de ayer, haha! – respondió Bob
- Vaya, a dónde fuiste?
- … No tengo ni la menor idea, me creerías?
- YO, SI! – gritó Butcher desde fuera del cuarto – Me ha pasado muchas veces.
Todos rieron.
- Y ustedes no salieron? – preguntó Bob.
- Nada, bro, sólo queríamos dormir – respondió Santi mientras prendía un cigarro.
Conversaron un rato, bebieron café hasta que una chica tan blanca como la leche y de cabello negro los interrumpió:
- The academy is…?
- You! – respondió Bob
- Haha, no chicos. Me refería a otra cosa, haha. Bien, la sesión está por empezar así que síganme, los llevaré a la sala de fotografías – dijo la pequeña, que aunque se notaba que tenía cercano a los 22 años, era de baja estatura.
Los chicos se pararon de sus sillones y siguieron a la pequeña.
Luego de unos minutos dentro de la sala, estaban todos maquillados y vestidos de terno y gorros negros de copa, llevaban también bastones y lentes.
- Y ahora qué? – dijo Siska
- Aquí es cuando me pongo sobre Will y lo azoto con mi bastón? – preguntó Santi agarrando a Will por la espalda.
- Pensé que nos desnudaríamos :( – agregó Butcher.
- No! No quiero verte desnudo – dijo con asco Chizzy.
- Y como anoche? – respondió Butcher acercándose a él.
Se acercó la pequeña que sin querer, había estado escuchando todo lo que los chicos decían.
- Chicos, pónganse en la pared blanca; los van a maquillar una vez más y empezamos – dijo la chica aguantando la risa.
- y luego nos desnudamos? – preguntó Butcher con una gran sonrisa.
- Claro! – exclamó la pequeña entre risas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario