
Tomó su celular y con cuidado, con delicadeza, hasta con miedo marcó el número que lo guiaría a la voz, esa voz que escucha día y noche hablándole entre la bulla de la gente, entre las letras de las canciones.
- Antonia.
- ¿Mike?
- Sí, soy yo… – hizo una pausa para tomar algo de aire y relajarse – estamos en Chicago ya.
- Oh ¿Estás en tu departamento? – preguntó casi sin voz.
- Sí, haha, aquí estoy.
- Oh, Dios mío Mike ¡Dime que puedo ir a verte! – dijo muy emocionada.
- Tu… tu sabes que siempre puedes, Antonia.
- Voy, adiós.
Y antes de que Mike pudiera decir Adiós la línea se cortó. Corrió a ducharse, ordenó un poco y se vistió lo más decente posible. Había algo tan tierno en su rostro, un dejo adolescente que lo hacía verse pequeño y débil en un terreno tan peligroso como el del amor.
- Antonia, tan rápido llegaste – dijo mirándola atónito.
- ¡Mike! – antes de que pudiera decir algo más se abalanzó sobre él.
De repente la emoción se convirtió en calma, pero sobretodo lo que más irradiaban ambos cuerpos unidos después de mucho tiempo, era amor, frustrado o correspondido; su calor era tan increíble que como dijo Beckett podría hasta llegar a ser incomparable con cualquier forma de amar posiblemente percibida.
- … ammm ¿Cómo has estado? – dijo Mike cuando se separaron.
- Muy bien, muy bien, todo ha sido muy bueno estos meses… claro que me faltaban ustedes.
- Hahaha, wow. Como van tus proyectos, ah? Sigues diseñando?
- Sí – gesticuló una sonrisa su compañera – aun estoy diseñando, me ha ido muy bien. Tu sabes…es lo que siempre quise.
- Oh, claro ¿Quieres algo para comer? Aunque no tengo mucho, vengo recién llegando – rió tímidamente Mike, con sus grandes ojos recorriendo el rostro de Antonia.
- No, estoy bien… siéntate conmigo – le tomó la mano y lo sentó a su lado – Sabes Mike… bien, te extrañé mucho. Fue extraño estar sin ti y sin los chicos por tanto tiempo.
Mike no podía dejar de mirarla, no podía disimular lo baboso que estaba por esa chica. La única chica que amó alguna vez.
- Yo…-- trato de distraer su mirada – yo también te extrañé mucho, Antou.
No se dio cuenta cuando de pronto la mano de Antonia le acariciaba el cabello. Ella nunca fue de coquetearle pues ambos sabían que existía una conexión uniéndolos sin importar los kilómetros que pudiesen separarlos. Mike estaba helado, completamente asustado y de a poco entraba en colapso, por no saber que hacer con tantos sentimientos.
- Mike – su dulce voz rompió el silencio.
- … dime – Mike volvió a respirar.
- háblame.
- .. Oh, claro. Verás, Will chocó, dimos muchos conciertos, conocí mucha gente nueva y tomé muchas fotos. Extrañe tanto estar aquí… aunque viva sólo, todo está tan cerca, todo es tan calido – hizo una pausa para perderse en los ojos que tenia en frente – y no sé… estuvo muy bueno eso de ir a Adelaida… por lo menos para mí… Will… bueno, Will estuvo muy mal por lo de Natalia. Ojala esto de volver a Chicago lo ayude un poco.
- Oh, sí. Me imagino lo mal que debió estar… ¿y tu? ¿Estás con alguna chica?
Mike sonrió.
- Tu que crees… -- suspiró dejando escapar unas risitas – claro que no.
- Y porque eso debería ser tan obvio, tu eres tan… lindo, buenas persona y que se yo, pervertido – dijo Antonia burlándose.
- Supongo que no he encontrado a alguien tan pervertida como yo, alguien que merezca mi mente degenerada – rió.
- Oh, pobre chica – dijo soltando algunas carcajadas – Mike – lo miró entusiasmada – ¿te parece si vamos por cervezas?
- Wow… Señorita – la despeinó con su mano – vamos por ellas.
Y subieron al carro de Mike para comprar lo que podría ayudarlos a destrozar aquellos nervios que interrumpían sus conversaciones. Llegaron al departamento de Mike y no tardaron mucho en bajar algunas botellas.
- Wow, es nuestro primer día juntos y ya nos hace compañía una botella – dijo Mike.
- Creo que soy una mala influencia, honey.
- Lo sé. Son años de conocerte, ya sé todo lo que eres y no eres para el mundo.
- Shut up – río Antonia.
Y pasaron la noche riéndose, pero como siempre, como todos los finales que ha tenido esta historia; entre ellos dos, no pasó nada que los uniera… dejando la amistad de lado.
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